Cuando acabamos de desayunar, nos fuimos a los talleres. En el primero, embadurnados en harina, amasamos al compás de unas canciones muy divertidas. Cuando la masa estuvo preparada, metimos los panecitos en el horno.
Después pasamos al invernadero. Allí nos contaron un cuento sobre una semilla y todos plantamos nuestro propio trigo en una macetita.
A mì este pan me supo a gloria.
ResponderEliminarque bueno estaba el pan nos supo a poco
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